Deja Crecer Tu semilla de Esperanza

Y para tí, Punta de Tralca...

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"es un encuentro entre personas que sentimos o queremos reconocer la presencia de Dios en nosotros, que valoramos un espacio en comunidad, que necesitamos de otros, que amamos la vida y queremos ser fieles a ello. Es permitirse un regalo, mirar y mirarse, es sentir el aire que nos llena y facilitar que durante todo el año nos reconozcamos como hijos de Dios y podamos, en el colegio, saludarnos como hermanos." Alfonso

"...es uno de los momentos donde mi comunicación con mi padre Dios es de corazón, de sentimientos, de regaloneo. Momento en que realmente mi mente, corazón, mi alma están solamente para Él." Martha

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"...es fuerza e inspiración para el camino de vida cristiana. Es la alegría de caminar en la comunidad georgiana. Es fuente crecimiento en la vida personal y familiar. Es mirar la vida desde Dios, encontrarse con el mundo, y vislumbrar camino de crecimiento y compromiso." Rafael

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“...es el lugar ideal para iniciar el año con las pilas puestas después de un fin de semana de reflexión con otros apoderados del colegio. Con los años Punta de Tralca se ha transformado para mi, en una necesidad espiritual que recomiendo a todos los que quieran tener un tiempo con el Señor”, Fernando.

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"...Para mí, Punta de Tralca ha sido lejos, la mejor invitación para vivir y compartir unos días en comunidad que por años hemos recibido como apoderados del colegio. Un fin de semana alegre, profundo y de real convivencia en que el Señor está claramente siempre presente en cada actividad que realizamos, sea esta individual o en grupos y al volver a Santiago el domingo, me siento realmente feliz y lleno de esperanzas para otro año más de alegrías, penas, logros y frustraciones propios de nuestra vida como miembros de una familia y de una comunidad."Pato

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Para mi Punta de Tralca significa la partida del año, servicio a la comunidad, un lugar de encuentro y reflexión, un regalo para mi y también un momento de pareja, pero por sobre todo una oportunidad de parar, mirarse y cuestionarse, aprender de otros y descubrir al Señor de una manera distinta y lo más importante de todo al interior de nuestra Comunidad. De todas las veces que he ido, siempre he vivido algo distinto y especial, lo recomiendo por igual para quienes han vivido la experiencia como para quienes nunca lo han hecho, sin lugar a dudas, vale la pena vivirlo, Paola